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Me equivoqué con Overwatch 2... Por qué Overwatch 2 me conquistó

I was WRONG About Overwatch 2... Why Overwatch 2 Won Me Over

Artículo de opinión de Jess, THR1LL:

Durante años, no soportaba Overwatch . Era un juego que me frustraba muchísimo, desde su falta de progresión significativa hasta su limitado catálogo de mapas y el intenso miedo a perderme algo (FOMO) relacionado con sus recompensas cosméticas. Pero recientemente, he cambiado de opinión. Después de darle una oportunidad justa a Overwatch 2 , me encontré no solo jugándolo, sino disfrutándolo de verdad. ¿Qué cambió? Blizzard solucionó algunos de mis mayores problemas e introdujo nuevas características que han revitalizado el juego para mí. Aquí les cuento por qué Overwatch 2 me ha conquistado.

Abordando viejas frustraciones

Uno de mis mayores problemas con el Overwatch original era la falta de progresión fuera de los modos clasificatorios y el pase de batalla. Sentía que invertir tiempo en el juego no tenía mucha recompensa a menos que estuvieras subiendo de rango en el competitivo. Overwatch 2 soluciona esto con sistemas de progresión individuales para cada héroe, que van desde el nivel 1 hasta el impresionante 1000. Estos sistemas ofrecen recompensas como iconos de héroe, cajas de botín, tarjetas de nombre y objetos cosméticos vinculados a héroes específicos. La adición de un borde que se intensifica alrededor del icono de tu personaje en la interfaz —comenzando con un diseño básico y evolucionando a llamativas variantes azules, moradas y doradas en los niveles 20, 40 y 60, respectivamente— añade un toque visual muy satisfactorio. Este sistema permite a los jugadores demostrar su dedicación a sus héroes favoritos, y es un detalle pequeño pero significativo que hace que cada partida sea gratificante. En la sala de espera, se muestran tus tres héroes más usados, lo que les da a tus compañeros de equipo una idea de tus puntos fuertes, ya sea daño directo o daño a distancia. Para alguien como yo, que se motiva con el progreso visible, esta función supone un cambio radical.

Otro problema recurrente era la selección de mapas. En el juego original, algunos mapas estaban ligados a modos que no me gustaban, lo que me obligaba a elegir entre aguantar una partida frustrante o abandonar la cola por completo. Overwatch 2 introduce un sistema de votación de mapas, que otorga a los jugadores cierto control sobre los modos de juego. Si bien no es perfecto (a veces, inexplicablemente, el mapa más votado no se selecciona, y los jugadores solitarios tienen menos influencia sin un grupo predefinido), esta mejora en la experiencia de juego es un paso en la dirección correcta. Es gratificante poder influir en el desarrollo del juego, aunque el sistema podría mejorarse.

Por último, la ansiedad por perderse algo (FOMO) relacionada con los aspectos míticos me sacaba de quicio. Antes, estos cosméticos exclusivos estaban bloqueados tras pases de batalla por tiempo limitado, lo que generaba una presión excesiva para conseguirlos. Ahora, Overwatch 2 permite a los jugadores comprar y mejorar aspectos míticos en la tienda usando una nueva moneda que se obtiene mediante el pase de batalla o la compra directa. Si bien algunos jugadores veteranos quizá echen de menos la exclusividad, este cambio hace que el juego sea más accesible y menos estresante. Es beneficioso para la comunidad, ya que reduce la toxicidad y permite a los jugadores disfrutar del juego a su manera.

Nuevas características que brillan

Más allá de solucionar problemas antiguos, Overwatch 2 introduce contenido nuevo que ha mejorado notablemente mi experiencia de juego. Las nuevas misiones PvE, si bien no alcanzan el nivel de la gran campaña prometida en el anuncio del juego, son una buena adición. Solo he jugado una de las tres misiones del paquete Invasión, pero me parecieron interesantes sus combates contra jefes y sus objetivos dinámicos. Aunque no es el modo historia completo que algunos esperaban, es una distracción divertida que aporta variedad al juego. Me reservo mi opinión final hasta que haya jugado las misiones restantes, pero hasta ahora, es una adición sólida, aunque no espectacular.

El nuevo sistema de ventajas, sin embargo, es una revelación. Añade capas de personalización que hacen que cada partida sea única. Las ventajas pueden ir desde pequeños ajustes hasta la modificación completa de las habilidades de un héroe. Por ejemplo, como jugador principal de Soldado 76, me encanta la opción del nivel tres de cambiar su campo de curación por un estimulante que aumenta la velocidad de ataque y cura 30 PV por segundo durante cinco segundos. Este tipo de personalización permite que dos jugadores aborden al mismo héroe de maneras totalmente distintas, lo que añade profundidad y rejugabilidad. Si bien a los jugadores veteranos les puede parecer un sistema superfluo, a mí me ha hecho disfrutar del juego muchísimo más.

Sin embargo, la novedad más destacada es el modo Estadio. Sé que genera opiniones encontradas —muchos en la comunidad de Overwatch no son fans—, pero me encanta su progresión al estilo MOBA. Desarrollar el poder de tu héroe ronda a ronda resulta novedoso y emocionante en un juego como este. El formato al mejor de cinco rondas, combinado con la estética inmersiva de una multitud enardecida y un comentarista dinámico, crea una atmósfera vibrante. Sí, puede ser caótico y abrumador a veces, sobre todo con la comunicación entre equipos, pero esa energía forma parte de su encanto. Aunque sigo prefiriendo el formato clásico de 5 contra 5 por su familiaridad, la jugabilidad rápida y de alto riesgo del modo Estadio es mi novedad favorita.

Un juego transformado

Overwatch 2 no es perfecto, pero ha mejorado muchísimo desde aquel juego que antes detestaba. Al abordar problemas clave como la progresión, la selección de mapas y el miedo a perderse algo (FOMO), Blizzard ha hecho que el juego sea más accesible para los jugadores. Los nuevos sistemas de progresión de héroes, el sistema de votación de mapas y la economía de aspectos míticos renovada demuestran un compromiso con las mejoras en la experiencia de juego. Además, añadidos como las misiones PvE, el sistema de ventajas y el modo Estadio aportan ideas frescas a la fórmula, aunque no siempre den en el clavo.

Para quienes, como yo, descartaron Overwatch en el pasado, les recomiendo que le den una oportunidad a Overwatch 2. No es solo una secuela, es una historia de redención. El juego ha evolucionado hasta convertirse en algo que respeta el tiempo de los jugadores y ofrece nuevas formas de disfrutar de su acción trepidante y en equipo. No digo que sea perfecto, pero me ha conquistado, y eso no es poca cosa.