Durante casi una década, Rainbow Six Siege ha cautivado a la comunidad de jugadores. Siege X fue una fuente constante de adrenalina, estrategia y largas noches de juego para jugadores como Jess, más conocida como Thrill, una creadora de contenido veterana en la comunidad. Pero tras diez años de fidelidad, incluso los jugadores más dedicados pueden llegar a un punto de quiebre.
En un emotivo vídeo de despedida, Thrill explica por qué el juego de disparos táctico que una vez se sintió como en casa se ha vuelto irreconocible.
Los tramposos aniquilaron el espíritu competitivo.
Empecemos por el problema más evidente: las trampas. Siege se ha convertido en un paraíso para los tramposos, donde las partidas legítimas son la excepción, no la regla. Thrill describe noches plagadas de «más de diez tramposos», una cifra asombrosa en un juego que depende tanto de la precisión táctica y los entornos destructibles.
No es que Ubisoft desconozca el problema (han prometido nuevas medidas antitrampas), pero el sistema BattleEye de Siege se ha considerado durante mucho tiempo uno de los más débiles del mercado. La situación empeoró cuando Siege X se convirtió en un juego gratuito, lo que permitió a los tramposos volver a unirse a las partidas a los pocos minutos de ser expulsados. Si a eso le sumamos las cuentas baratas con niveles predefinidos que se venden en sitios del mercado negro, tenemos un ecosistema que premia a los peores jugadores.
Clasificación 2.0: La caída de la competencia real
En 2020, Ubisoft presentó el modo Clasificatorias 2.0, prometiendo una mejor experiencia para los jugadores que buscaban un emparejamiento basado en habilidad y recompensas de temporada. Pero, a juicio de Thrill, esta actualización marcó el principio del fin.
El nuevo sistema ocultó el MMR, reemplazando los rangos significativos con meros trofeos de participación. «Es uno de los peores cambios en la historia de los FPS», lamenta Thrill. Los nuevos rangos ya no representan habilidad, sino tiempo de juego. Cuanto más juegas, más alto subes, independientemente de tu talento o trabajo en equipo.
Lo peor es que, una vez que alcanzas el rango máximo, el juego te impulsa artificialmente de nuevo hacia ese nivel cada nueva temporada. Un rango antes simbolizaba maestría; ahora es solo un adorno colorido en tu arma.
Un equipo de equilibrio perdido en el mar
Si el sistema de clasificación erosionó la integridad de Siege, el equipo de equilibrio la remató. Thrill señala innumerables ejemplos de decisiones de diseño cuestionables, pero ninguna tan flagrante como la transformación de Doc.
Doc, que antes era un médico modesto con una capacidad de curación equilibrada, ahora cura 200 PV, convirtiendo prácticamente cada tiroteo en una segunda oportunidad. En lugar de ajustar el dispositivo de Doc, Ubisoft decidió eliminar las miras ACOG de la mayoría de los defensores, perjudicando a todo el plantel por el desequilibrio de un solo agente.
Es un patrón que se repite en cada actualización. Cuando los operadores se vuelven demasiado poderosos, los debilitan hasta hacerlos irrelevantes en lugar de mejorarlos. «Da la impresión de que el equipo de equilibrio ignora cuáles son los verdaderos problemas», afirma Thrill. El equilibrio de Siege ha pasado del caos a la catástrofe.